
Cuantas veces en nuestro diario vivir nos encontramos con personas a las que catalogamos como meticulosas por su forma de actuar, comen sano y a sus horas, organizan su tiempo para la realización de múltiples actividades, controlan su entrada y salida económica evitando excederse en gastos innecesarios, a estos individuos en muchas ocasiones les vemos como un modelo a seguir, aunque en otras nos parecen fastidiosos solo porque son DISCIPLINADOS.
Una definición para esta distinción podría ser: Aplazar una satisfacción en el presente para alcanzar algo mayor en el futuro. El proceso de disciplinarnos no es algo fácil porque exige hacer cosas que no nos gustan y no queremos realizar, pero es algo necesario, pues la disciplina es sinónimo de progreso, bien sea en el campo familiar, laboral o financiero es un ingrediente importante para lograr el éxito.
Si queremos desarrollar la disciplina en nuestras vidas debemos: Aceptar las cosas que nos suceden como parte del plan de Dios, dedicar tiempo para estar con Él y así entablar una relación de verdadera intimidad, y por ultimo dar este paso es muy difícil para todos, más si se habla de dinero y la razón es porque este siempre va a competir con Dios por el primer lugar en nuestro corazón, esto sumado al paradigma mental que nos lleva a creer que el dar es una molestia, algo que debemos hacer por obligación. Si observamos a las personas que conforman nuestro entorno veremos que en promedio reaccionan solo ante “la necesidad” y es esto lo que las lleva a dar, pero debemos aprender y enseñar que nada tiene que ver con necesidad sino con fe y el crecimiento de esta a través de esta acción.
En este día es nuestro deseo que creas con todo tu ser en la recompensa que habrás de recibir si aprendes a dar no por deber u obligación, sino porque es el deseo de Dios para acercarse más a ti e incrementar tu fe.
Para finalizar te invitamos a sacar el dinero de tu corazón y apoyarte únicamente en Dios; cuando haces esto dejas de robarle Su tiempo y Su espacio para hacerte más cercano a Él.
Pastor: Carlos Aréjulo.
Recopilado por: Maribel Rodríguez.