martes, 18 de enero de 2011

Yo amo a mi Iglesia


¡Invierte e Invita!

Nuestra vida se compone de un compendio de actividades que le dan sentido al ser, los individuos nos levantamos cada día en función de cumplir ciertas y determinadas funciones; bien sea el ir de compras o visitar a un médico, nuestro accionar diario depende de un aspecto particular y es la confianza.

Visto desde la perspectiva de la psicología social, la confianza es la creencia en que una persona o grupo será capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamientos, esto es lo que mueve al ser humano a abrirse a relaciones que marcaran de una u otra forma su existencia.

Si llevamos este término al ámbito eclesiástico veremos qué sucede lo mismo, la gente que va a la iglesia lo hace porque se siente en confianza con las personas que allí encuentran y aquellos que por el contrario evitan asistir a estos lugares no lo hacen por el motivo que se suele pensar y este es falta de comunión con Dios, en realidad sus problemas son con los miembros.

Nuestro objetivo como iglesia es lograr que aquellas personas que tienen problemas con el concepto de esta hagan a un lado sus prejuicios y paradigmas mentales y comiencen a disfrutar de los beneficios que otorga en estar bajo la cobertura absoluta de Dios, para ello nosotros los que conformamos Su cuerpo debemos relacionarnos con los de afuera, esto quiere decir salir del círculo de amistades que tenemos en la iglesia (sin llegar a abandonarlas o descuidarlas) para lograr captar la atención de esos cientos de miles que se encuentran afuera sin conocer de Cristo o que tal vez ya lo han conocido pero por malas experiencias en otros lugares se están perdiendo de una bendición. Es en este punto donde la confianza juega un papel sumamente importante pues de ella depende el ganar tantas personas (familia, amigos, entre otros) como nos sea posible para que sean salvas.

La pregunta es ¿Cómo hacemos para alcanzar a quienes no van a la Iglesia? La respuesta es muy sencilla: INVITALOS, la mayoría de las personas no llega sola así que arriésgate, luego preséntale a otros que puedan convertirse en sus amigos invertir en una amistad confiable proporciona un bien para la eternidad y por ultimo encárgate de hacerlo sentir en familia.

No olvides que cualquier momento es bueno para hablarle a otros de Jesús, así que no esperes a verlo ahogados en problemas para hacerlo, tal vez sea demasiado tarde y compromete a traer más personas a los pies de Cristo y velar por ellas, recuerda que todos en algún momento deberemos rendirle cuentas al Padre por estas almas. Ha llegado la hora de deponer el individualismo (YO) y comenzar a pensar en otros, si lo haces estarás no solo impulsando el curso correcto de tu IBNC sino que tu corazón estará en el lugar indicado cumpliendo el propósito de Dios.

Pastor: Carlos Aréjulo.

Recopilado por: Maribel Rodríguez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario