I.- Los dolores del comienzo
¿Qué dolor guardas dentro de ti? Para subir una cima debemos prepararnos físicamente con ejercicios previos a este gran esfuerzo que vamos a enfrentar. Pues bien, después de las primeras sesiones de ejercicios amanecemos estropeados, con dolores musculares y hasta desanimados; en ese momento: ¡Nadie piensa en subir a la cima! Y lo que produjo el dolor esta allí en el medio, entre lo físico y lo mental obstaculizando el camino hacia la cima.
Es así como nos sentimos también cuando nos proponemos a luchar, a alcanzar la solución a nuestro problema (La cima), estamos adoloridos por lo que causó esta dificultad (ejercicios) pero debemos identificar qué tipo de dolor es el que está en medio ahora para sacarlo y combatirlo de adentro hacia afuera (Hebreos 12: 1 - 15) . Pero ojo: nadie puede subir una cima si no tiene hábitos y disciplina.
Cuando nos proponemos a subir la cuesta debemos preguntarnos: ¿Tengo un problema? O ¿Tengo un reto delante de mí?, ¿Estás mirando a tú alrededor, buscando culpables? O quizás ¿Estás desanimado para comenzar de nuevo?
La recomendación: Comienza de nuevo, enfrenta el desafío e imponte al desánimo que está como un tapón obstruyendo tus salidas, cegando tu vida para que no salgas a pelear. Deja de ser perfecto, necesitamos equivocarnos para poder aprender de nuestras imperfecciones y crecer. Despójate de todo peso y coloca en su lugar a Dios.
Tu actitud ante el problema es lo que hace que puedas seguir adelante; puedes escoger abandonar sin luchar y desviarte (cuidado con esto) o decides subir tu cima porque estás seguro de que Dios está contigo.
Disciplina se deriva de la palabra discípulo que significa que la autoridad la tiene el maestro. Si tienes el dominio en todo vas a encontrar muchos contratiempos, pero si le das la batuta ( Autoridad) a Dios, él peleará por ti y hará que tengas la victoria. Sólo tienes que tener la fe y la convicción de que vas a subir aun cuando no ves el final (la cúspide)
Lo importante es que:
1.- Pon tu mirada en la cima
2.- No subas solo
3.- Fija tu atención en Jesús
4.- Equípate, prepárate (No es fácil)
Filipenses. 1: 6
Y recuerda:
“En Jesús lo que parece terminado para ti, en él es un nuevo comienzo”
Pastor Carlos Aréjulo
Recopilado por Francia Rangel
¿Qué dolor guardas dentro de ti? Para subir una cima debemos prepararnos físicamente con ejercicios previos a este gran esfuerzo que vamos a enfrentar. Pues bien, después de las primeras sesiones de ejercicios amanecemos estropeados, con dolores musculares y hasta desanimados; en ese momento: ¡Nadie piensa en subir a la cima! Y lo que produjo el dolor esta allí en el medio, entre lo físico y lo mental obstaculizando el camino hacia la cima.
Es así como nos sentimos también cuando nos proponemos a luchar, a alcanzar la solución a nuestro problema (La cima), estamos adoloridos por lo que causó esta dificultad (ejercicios) pero debemos identificar qué tipo de dolor es el que está en medio ahora para sacarlo y combatirlo de adentro hacia afuera (Hebreos 12: 1 - 15) . Pero ojo: nadie puede subir una cima si no tiene hábitos y disciplina.
Cuando nos proponemos a subir la cuesta debemos preguntarnos: ¿Tengo un problema? O ¿Tengo un reto delante de mí?, ¿Estás mirando a tú alrededor, buscando culpables? O quizás ¿Estás desanimado para comenzar de nuevo?
La recomendación: Comienza de nuevo, enfrenta el desafío e imponte al desánimo que está como un tapón obstruyendo tus salidas, cegando tu vida para que no salgas a pelear. Deja de ser perfecto, necesitamos equivocarnos para poder aprender de nuestras imperfecciones y crecer. Despójate de todo peso y coloca en su lugar a Dios.
Tu actitud ante el problema es lo que hace que puedas seguir adelante; puedes escoger abandonar sin luchar y desviarte (cuidado con esto) o decides subir tu cima porque estás seguro de que Dios está contigo.
Disciplina se deriva de la palabra discípulo que significa que la autoridad la tiene el maestro. Si tienes el dominio en todo vas a encontrar muchos contratiempos, pero si le das la batuta ( Autoridad) a Dios, él peleará por ti y hará que tengas la victoria. Sólo tienes que tener la fe y la convicción de que vas a subir aun cuando no ves el final (la cúspide)
Lo importante es que:
1.- Pon tu mirada en la cima
2.- No subas solo
3.- Fija tu atención en Jesús
4.- Equípate, prepárate (No es fácil)
Filipenses. 1: 6
Y recuerda:
“En Jesús lo que parece terminado para ti, en él es un nuevo comienzo”
Pastor Carlos Aréjulo
Recopilado por Francia Rangel
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