En algún momento de la vida a todos los seres humanos se nos presentan oportunidades de adquirir bienes o servicios que nos parecen simplemente irresistibles, momentos que nos hacen pensar que de no ser aprovechados se perderán para siempre, pero es justo cuando decidimos que esta oportunidad no se nos puede escapar de las manos cuando caemos presas de un sistema de endeudamiento que trae consigo preocupación y vicio pues entramos en un circulo de querer más de lo que podemos pagar cada día.
Muchas veces esto sucede debido a la formación recibida en los hogares, puesto que por generaciones se nos ha educado sin un concepto acertado de lo que son las finanzas así como el manejo de las mismas y al crecer los hijos impactados por la forma en que los padres gastan el dinero repetirán los mismos patrones generalmente errados. Esto aunado al hecho de que las personas hoy en día no saben esperar lo que las lleva a aceptar casi cualquier cosa en su afán de conseguir lo que quieren. Este deseo es bien conocido por los bancos y es aprovechado al máximo por ellos, pues en su búsqueda de incrementar sus capitales ofrecen “salidas rápidas y fáciles”, como las tarjetas de crédito, medio por el cual podemos adquirir casi cualquier cosa y que sin pensarlo nos lleva a un desasosiego emocional y financiero al volvernos esclavos de ellas.
Pero, ¿Por qué hacernos esclavos cuando Dios nos hizo libres? La respuesta es muy sencilla, porque carecemos de un complemento espiritual en nuestras vidas y esto es el AUTOCONTROL y la falta del mismo le da al enemigo el control sobre nosotros.
En este día nuestra recomendación es la siguiente: Arrepiéntete por permitir la esclavitud financiera en tu vida, busca ayuda de otros para crear un plan que te sirva para salir de las deudas y recuerda que quien se endeuda es porque cayó en el error de creer que Dios no es su proveedor.
Pastor: Carlos Aréjulo.
Recopilado por: Maribel Rodríguez.
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