
Mucho dolor hay, sin duda, en el mundo. De diversas maneras hiere la vida de los hombres, sumiéndoles en la desdicha. Muchos piensan que nadie sabe de la magnitud de sus sufrimientos, que a nadie le interesa que ellos padezcan. Y eso aumenta el sufrimiento. El dolor es inevitable, pero todo dolor tiene una razón de ser. Aun más, cada dolor nos ofrece la posibilidad de obtener algún provecho.
La actriz chilena Malucha Pinto, en su libro Cartas para Tomás cuenta que cuando ella tenía 18 años estaba con una amiga en una Disco. Estando allí, fueron al baño y, en un momento, se miraron largamente en el espejo, y una de ellas dijo: "¿Cuándo nos va a pasar algo que nos rompa la vida?". Luego se rieron, seguras de que el dolor nunca las tocaría. Sin embargo, varios años después, la vida se le rompió a Malucha Pinto cuando le nació un hijo con daño cerebral severo. En medio de esa dura experiencia, ella dice haber aprendido a sobrellevar el dolor y a apreciar mejor el valor de la vida humana.
Pero, ¿es eso todo lo que el dolor puede enseñarnos?
El dolor es un ingrediente de nuestra vida aquí en la tierra que tiene una razón de ser, y esa es hacernos ver nuestra precariedad y producir en nosotros un vuelco hacia Dios. Si produce un fruto inferior a ése, por muy noble y altruista que sea, es todavía insuficiente. El dolor debe acercarnos a Dios, si ese propósito no se logra, se puede decir que el dolor fue en vano.
El pensador inglés C. S. Lewis ha dicho: "Dios nos susurra en nuestros placeres, nos habla en nuestra conciencia, pero nos grita en nuestros dolores." Hay algo que Dios busca decirnos desde hace tiempo, pero no le prestamos oído. Muchos dolores hemos sufrido, pero rara vez nos hemos preguntado qué quiere decirnos Dios con ellos. Dios nos ha susurrado y nos ha hablado de muchas maneras; pero, a través de este sufrimiento, nos está alertando – como si Él gritase – acerca del peligro que corremos si no nos volvemos a Él.
La vida, con su incesante movimiento, ofrece muchas voces que quieren hacerse oír. Pero, ¿podemos oír, entre todas ellas, la voz de Dios?
Daniel Ortega
http://estudios.iglesia.net/index.php/estudios-biblicos/leer/el-sentido-del-dolor/
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