lunes, 5 de julio de 2010

¿Qué hace cambiar tu vida? / ¿Quién tiene el control?


La vida es una sucesión de hechos y circunstancias que marcan al hombre en el transcurso de ella, muchos dedican su tiempo a la realización de cosas superfluas, vánales, intrascendentes y sin sentido, otros se dedican a ver los años transcurrir frente a sus ojos pensando que las cosas siempre estarán bien y sin medir la consecuencia de sus actos; pero llega un momento en el que a cada ser humano le ocurre algo que lo cambia para siempre.


Son estos momentos únicos (tragedias, desventuras, alegrías y éxitos), los que le hacen reflexionar sobre la forma de vivir que están llevando y el curso que tomará de no hacer cambios en ella. Pues el tiempo va pasando y todo en el mundo transcurre en una constante de cambios y a pesar de que la actitud interna de cada persona se oponga a cambiar, el tiempo no deja de avanzar.


Cada quien debe pensar en que no porque las cosas le salgan bien o como lo tenían planeado quiere decir que el favor de Dios está allí, puesto que Él sólo aprueba aquello que está bajo sus principios, pero es nuestra tendencia al autocontrol y autodirigir lo que nos hace pensar que estamos siendo participes de una bendición, aún cuando no es así, pues decimos que le hemos dado a Dios el control de todo, pero en realidad no es cierto, aún hay áreas donde no lo dejamos obrar y simplemente seguimos actuando bajo nuestra propia voluntad.


Esto nos ha llevado a olvidarnos de soñar con cosas mayores y mejores de las que tenemos y a hacer a un lado esos planes que una vez tuvimos y quisimos realizar; simplemente nos bloqueamos por cosas negativas que nos tocaron y marcaron nuestro ser apoderándose del control de nuestras vidas y provocando heridas que tenemos que sanar.


La pregunta de este día es: ¿Qué harás con esas áreas reservadas en tú corazón que aún te duelen y lastiman? ¿Seguirás Cargando con ellas o las entregarás realmente a Dios?


Recuerda que las acciones, dolores y experiencias pueden marcar tu vida, pero es sólo hasta que entiendes que Dios debe controlarla, cuando esta comienza a cambiar. Así que no reprimas más ese dolor, no lo proyectes en terceros, no lo niegues ni te culpes por él, sólo déjalo en manos del Padre y Él se ocupará de volver tu tristeza en gozo si le das el control.


Pastor: Carlo Aréjulo
Recopilado por: Maribel Rodríguez

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